lunes, 2 de junio de 2008

Mi lápida

04-06-07
La noche está lluviosa y yo
camino por las calles
percibiendo los aromas putrefactos
que las paredes dejan escapar.
O es que los aromas los despido yo?
Soy un ser muerto en vida,
la tristeza de mi alma la tengo
que disfrazar con una careta de sonrisa que simplemente no me pertenece;
y pienso en lo fácil que sería dejarlo,
abandonar todo y regresar a la nada.

¿Cuántas veces esta idea ha atravezado
por mi mente y en el último momento
no puedo ejecutar mi propia orden?

Pero esegura estoy de que si él me lo pidiera,
no dudaría en hacerlo.
Es estúpido cómo se dice que uno vive para cumplir sus propios caprichos
y al tiempo no puede hacerlo.

Siento mis pies mojados y cansados,
pero ni asi me detengo,
y continuo andando, inspeccionando cada una de las cosas que veo,
hundiendome cada vez más en mi mutismo fatal,
aquél que me lleva a la represión absoluta,
a la soledad más desgraciada, y entonces,
aparece ese ser noctámbulo,
esa figura que sin proponerselo, desvía mi camino.
Es muy placentero estar callada a su lado,
dejándome seducir por su sensualidad natural.
Quiero pasar veladas maravillosas a su lado, con él olvido ese deseo
y me parece estúpido querer desaparecer.
Llega el fin de la noche, y con él, la despedida.
¿Lo volveré a ver? No lo sé;
pero si hoy mi deseo
gana la partida y mañana no vuelvo a abrirt los ojos,
moriré pensando en él.
Moriré y en mi sepulcro
no quiero palabras de amor,
en mis funerales no quiero caras hipocritamente tristes,
no quiero flores de colores, ni un predicador hablando de cosas falsas,
Y mi lápida dirá:"Aquí duerme, por deseo propio
Rosalba Martínez
1987-2007"

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