jueves, 17 de julio de 2008

Pegame los labios

Pegame los labios, soledad,
Para no gritar tu presencia.
Rebaname los dedos
Para no contar con ellos las horas que pasan
Arranca las hojas del calendario,
Elimina de mi mente todo vocabulario
Para no expresarle a nadie lo que siento al estar tu a mi lado.
Pinta mis paredes de cielo azul,
Dibuja con tus manos a la persona ideal
A aquella que te gustaría que te supliera en tu ausencia.
Hazlo rápido, soledad.

Cansancio

Medita, medita.
Eso dicen las manecillas del reloj
Que con su golpeteo leve destroza mis nervios,
Y alrededor de mí, la habitación vacía
Se burla de mis falsos dolores,
Inventadas para alivianar la carga de la compañía errónea.
Los ojos huecos de los antifaces me miran con lástima,
Y sus bocas pegadas se abren para mofarse de mi desgracia.
En la puerta, la fotografía del amado de las vidas
Me observa y me pregunta que es lo que he estado haciendo,
Y las paredes azules me dicen que salga a ver
El cielo que está por clarear.
El amanecer ha llegado sin invitación a mi noche,
Me ha tomado de la mano para hacer con desgano
Todas mis ocupaciones mundanas.
El espíritu antiguo que vive en mi cuerpo
Quiere hacerse presente,
Quiere retomar el poderío que le ha robado el ser humano,
Mientras, las manecillas del reloj
Me dicen que medite rápido,
Que el sol no tarda en hacer su aparición.
Y la rosa abre sus pétalos para recibirlo,
Para bañarse en su calor,
Al igual que la caja abre sus puertas para albergar mi cuerpo en ella,
De la misma manera en que la tierra
Deja abiertas sus fauces y me invita a entrar.
Y yo me dejo vencer por el cansancio y caigo,
Y descanso en su seno, y la tierra me abraza.

Medita, medita.
Piensa en la vida, y en la muerte,
Piensa más en la muerte que en la vida,
Se llevan una de la mano con la otra,
Van tomadas del mismo hilo,
Del hilo rojo que recorre tu cuerpo,
Del hilo que emana de tu corazón
De ese corazón podrido en amoríos,
Amoríos terminados en noches de sexo,
De ese sexo ardiente con extraños,
Que al final del acto resultan conocidos,
Acto que te dejan más insatisfecha de lo que estabas antes,
Antes de que el cuerpo te pidiera amor,
¿Y qué es el amor sino un estado mental?

Y es la propia mente la que te lleva a recorrer
El camino de la vida pasada,
El sendero de los errores cometidos,
Errores de los cuales no quieres aprender,
Errores que no quieres corregir,
Errores en los que vuelves a caer,
Y caes y no te levantas,
¿Y para qué levantarse?

Lo único que logra salir ileso de las caídas es el espíritu antiguo,
Que por carecer de materia
No logra levantar ni un gramo de mi cuerpo
Y me pudro entre escombros,
Mientras los que siguen van pasando sobre mí
Y se burlan de mis actos.
Sólo uno de esos otros intenta levantarme.
El cuerpo femenino se acerca y me tiende la mano,
Pero mi mente está tan cansada y mi cuerpo es tan pesado
Que ni mi más firme intento
Logra extender mi mano.
Pero la figura no cesa de acercarse
Y me toma de las mejillas,
Y con su mano limpia las lágrimas secas que no se han derramado,
Y son su saliva lava mi cuerpo,
Y con sus cabellos retira la suciedad,
Y con sus lágrimas enjuaga la mugre.
Pero tengo tendencia a ser malagradecida
Y huyo de su presencia,
Y me escondo en el mar
Donde se supone que no me podrá encontrar.

Cuando escuche la noticia de que
Me ahogué va a ser más fácil para ella buscarme.
Me encontrará en la tumba
Comida por los gusanos,
Sin ojos, sin órganos y sin corazón