lunes, 2 de junio de 2008

La Voz

02-06-06

- La voz ancestral me habló para decirme que la vida
no se podía ver igual siempre.
Me qutó la venda de los ojos y me mostró los diferentes caminos a tomar.
Dijo las bellezas visibles de cada uno de ellos,
habló de que cada ser humano
llegaba a un punto en la vida en el cual tendría que decidir cual camino seguir.
Esa voz me habló de los cuatro monumentos en forma de mujer,
me dijo que había un monumento guardado para mi,
pero que mi tarea era elegirlo.
Y así como con los caminos
y los monumentos, me dio a elegir entre muchas opciones que,
en algún tiempo, conformarían los rasgos que marcarían
mi paso por este mundo.
Esa voz me prometió queiba a estar conmigo,
que me haría saber la forma correcta
de encontrar la respuesta a mis dudas.
Pero desde hace un tiempo
esa voz ha abandonado mis pasos y hoy,
me encuentro de nuevo ante el panel de elección,
y la voz no responde a mi llamado.
¿Que es lo que debo hacer para que la voz vuelva a habitar en mi cabeza?

- El camino está frente a tus ojos
lo que el corazón te dicte es lo correcto,
porque tu corazón tiene todas las respuestas.
Mi voz no te hace falta ahora que ya estas lista
para tomar la rienda del caballo que
montarás durante la senda de tu vida.
¡¡Corre en tu caballo bella dama de la oscuridad!!
Para que tus alas crezcan con la brisa fría de la noche,
y al fin puedas convertirte en la preciosa ave nocturna
que cubra con su vuelo las obras de los demás.
¡¡Vuela Mariposa oscura!!
Que los mortales cuenten tus aleteos,
anonadados por la multitud de ellos, y asi,
pálidos de asombro los dejarás, y con tus garras
marcarás sobre su tumba
todas las obras de tu creación.
Amada mía,
son las últimas palabras que de mi boca inerte
escuches, úsalas, no como guía
sino como compañía eterna.

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